Los distintos significados de la esencia de la Navidad

Desde los confines del recuerdo de este antro recuperamos este tema, porque durante esta jornada todos recordamos cómo el niño Jebus nació en un pesebre de Tatooine y fue recompensado por tres reyes magos de Oz con millones de regalos, iniciando una tradición que va desde Latveria hasta Kripton. La misma que es la delicia de los vendedores ambulantes y los dueños de las casas comerciales que exprimen los bolsillos con las tarjetitas plásticas de Buy n Large.

Más de algún ser con verdadero espíritu actualmente se llevará la mano al rostro, debido a la perdida de la esencia de esta fecha, pero muchos también se preguntarán ¿Qué demonios realmente podemos sacar en claro de algo como la Navidad?.

Y por eso, aquí en el Salón del Mal exploramos los distintos significados de esta festividad en el mundo cinematográfico.

• Regalar para demostrar cariño puede despertar un mal ancestral

Los regalos no siempre son lo mejor, de hecho pueden llegar a ser algo letal y enviar a más de alguien a la posta. Ojalá intoxicados, si me lo preguntan.

Pero Gremlins (1984) es una fábula anti-consumismo en donde el terror de la locura de las ventas y la búsqueda incansable de los regalos especiales pueden transformarse en una verdadera pesadilla verde.

Aún cuando los regalos vienen con una apariencia tierna como la de Gizmo, la esencia maléfica de regalar para demostrar cariño es un acto de codicia a la hora de esperar jodida retribución.

• Cuando todo es una mierda, lo mejor es celebrar como el mal manda

Cuando sientes que tienes el peor trabajo del mundo y has estado todo el año soportando vivencias excrementales cortesía de las órdenes de tu jefe, en algún momento tienes que llegar al límite. Especialmente si es un pelotudo.

Claro, el asunto es aún peor cuando no te queda otra que aguantar niñitos enajenados tratando de cumplir sus sueños en una Navidad. Peor es cuando no son tuyos y tienes que lidiar con aquellos niños cuyos amarretes padres generalmente no les regalarán lo que quieren.

Pero vestirse con traje de pascuero, aunque no sea literal, puede terminar siendo una vivencia que solo puede ser soportada si asaltas la festividad de la forma más vulgar y promiscua de la existencia. Gracias Bad Santa (2003) por los deseos concedidos, tu consejo de celebración es el mejor de todos.

• Si te quedas viviendo el sueño del pibe y te lo joden, no queda otra que arruinar el sueño de otros

Existen esos pobres desalmados que nada tienen y esperan este día para cumplir sus sueños.

Pero si te quedas sólo, te has librado de tu familia, tienes 10 años y en el futuro serás objeto de la obsesión de Michael Jackson, no existe nada mejor que vengarse de la única forma posible: convertirse en Mi Pobre Angelito (1990) y dejarse llevar por la vida loca para joderle la existencia a algún imbécil que la está pasando peor.

Siempre, siempre podrás desquitarte con otros.

• Todos pueden creer que cualquier cosa puede pasar, aunque realmente no sea así
  

Love Actually (2003) es de esas películas navideñas mamonas que no está mal en transformarse en una favorita. Lo que te deja en claro es que puedes engañar a tu mujer con una más joven y guarra; ir a otro país,  olvidarte que te pusieron el gorro y conocer una loca que no te dirá nada si te mandas un condoro. Puedes poner una mierda de canción navideña en el número uno, lograr que tu hijo aprenda a tocar batería en un día y quizás conocer a Claudia Schiffer al otro.

Pero lo mejor de todo es creer que uno puede ir a Estados Unidos para tener un trío con la hija de Jack Bauer más la esposa de Don Draper, para finalizar sin mayor drama con minas del nivel Denisse Richards/Shannon Elizabeth.Y eso es lo ideal para que aquellos que creen que en estas fechas se puede cumplir cualquier deseo, sin la necesidad de gastar plata.

• Transformar la navidad en una pesadilla no funciona a menos que te vayas en la volada
  

Sacando las connotaciones emos de zombies en cuclillas afuera del EuroCentro en Santiago, el Extraño Mundo de Jack (1993) es de esas películas que nos recuerdan que las campanas de los trineos y las cabezas encogidas pueden estar juntas.

Jack Skellington trata de hacerse cargo de la Navidad y, desconociendo todas las rechonchas connotaciones de la fiesta, deja la crema… por un rato. Y eso es quizás lo único que puede sacarse en claro de su propuesta: a la larga no existe escapatoria de tanta parafernalia.

Por eso si uno no está habituado a tanta felicidad de luces intermitentes, es mejor encerrarse en el mundillo personal y no dárselas de Grinch porque igual pueden terminar con el corazón latiendo. He ahí la más importante advertencia: una vez que uno es tocado por esta festividad, aunque no lo quieras puede cambiar tu idílico entorno pesadillesco.

• Tienes que cambiar tu vida… ¿No?
  

Es cierto. A veces uno puede ser un cabrón: un jefe que humilla a sus empleados, un hijo que le saca canas verdes a su viejos, un amigo que dispuesto a pegar cuchilladas por la espalda, etcétera.  Pero si llegan «Los Fantastmas Contraatacan» (1988) y te dicen que cambies o te vas a ir derechito al patio de los callados – solo, triste y arrepentido – lo mejor es no llevarles la contraria y cambiar en el último momento.

Aunque tengas el corazón negro, generalmente ese es el mejor camino a seguir. Y aunque todos apunten que el cambio tiene que ser verdadero, en la realidad nadie te dirá nada si es una buena fachada. Total, lo tomado y lo bailado ya no te lo quitará nadie.

• Igual puedes demostrar que eres un buen ser humano al soportar a tu infernal familia

Si decides ir de visita a algún lado, tus Vacaciones de Navidad pueden ser una tortura. La peor de todas puede incluso ser la de apariencia más inofensiva: un lindo viaje familiar.

Por eso la Navidad es la perfecta ocasión para demostrar que eres un santo que merece ser reconocido por tener que andar soportando a la señora malas pulgas que te tira por la cabeza el regalo que estuviste buscando durante toda una semana, la suegra mala onda que nunca está contenta con nada o incluso cuando tienes la mala cueva que tu propia santa madre se vuelva hinchapelotas.

Familia hay una sola, la diferencia es cuál te toca y hasta qué punto estás dispuesto a soportar aquella cena que se ha transformado en un infierno.

• Si alguien te jode la Navidad, puedes darle una noche buena que nunca olvidarán.
  

Seamos claros: la aventura de John McClane lo tiene todo. Cuándo preguntan: ¿qué te regalaron en esta noche buena?, y no has recibido ese PS3 que estabas esperando… esta joya entrega la mejor respuesta: ¡¿Y QUÉ TIENE DE BUENA ESTA HUEVADA?, YIPPIE KAI-YAY MOTHERFUCKER!.

Con la locura por los regalos y las fiestas, nada mejor que mandar al demonio a los que llegan de imprevista  ala fiesta en búsqueda de su regalo. Uno siempre puede demostrar el verdadero espíritu navideño a pata’ pelada, tomarse las armas en modo HO HO HO y explotar todo dejando en ridículo las luces de cualquier puto árbol.

Ya, ya, ya. Si quieren irse en la clásica, encuentren el significado tradicional en A Christmas Story o It’s a Wonderful Life. Para el resto, que  reciban tantos regalos que sus familias se vayan a Dicom.

Feliz navidad & Yippy-Kay-Yay-Motherfuckers para todos.