Un 9 de febrero de 1928 nació Frank Frazetta, el ilustrador de fantasía guerrera que reinventó visualmente a personajes clásicos como Conan y Tarzán, los que sin duda ya no pueden separarse del diseño visual generado por este titán que se desenvolvió en los cómics y también influyó en el cine.

Ya sean las portadas del cimmeriano de Robert E. Howard, creando una perfección física tanto para el guerrero de la espada como para las voluptuosas mujeres que lo rodeaban, o sus ilustraciones para los recopilatorios de Tarzán, Frazetta marcó un antes y un después en el género fantástico y los héroes primigenios de la cultura pop, ya sea en las tierras desérticas de Cimmeria, la jungla del Rey de los monos, el Marte de John Carter o el espacio de Buck Rogers.

Trabajando en las tiras cómicas y revistas pulp, poco a poco el trabajo de Frazetta fue ligándose a las imágenes recargadas de épica y testosterona imposible, que terminaron influenciando a diversos autores. Esto, porque siguió una línea anatómica que delineó, con su superior trabajo de luces y sombras, en gran medida lo que entendemos por un tradicional héroe fantástico.

Sumando las portadas para cómics de terror como Creepy, Eerie o Vampirella, en donde las mujeres semidesnudas generalmente estaban presentes, también estuvo el aporte de Frazetta para concretar múltiples portadas de discos. Tampoco se pueden olvidar de los pósters de películas como The Fearless Vampire Killers de Roman Polanski.

Pero sin duda su aporte quedó registrado, en una especie de compendio visual impulsado por el arte de Frazetta, en Fire and Ice, aquella obra de animación que fracasó en la recaudación, pero que fusionó su trabajo junto a Ralph Bakshi, Roy Thomas y Gerry Conway para presentar imágenes en movimiento que capturaron toda la esencia de la tradición héroica que marco el trabajo del ilustrador que voy a recordar con la siguiente galería.