El autismo para la mayoría es algo desconocido. Es un espectro de trastornos tan diversos, que es imposible generalizarlo bajo una sola línea. Ni siquiera basta con tener claro que está marcado por la dificultad en los procesos de comunicación e interacción con otras personas. Es algo que nunca se puede entender del todo, a menos que defina el día a día de tu familia.  Y el agridulce documental Life, Animated, no aborda la panacea de una solución, o una acercamiento científico al autismo, sino que se dedica a abordar una inusual premisa que captó de mi inmediato mi atención.

Dirigido por Roger Ross Williams, que toma como base el libro Life, Animated: A Story of Sidekicks, Heroes, and Autism de Ron Suskind, este documental presenta cómo una familia afronta el autismo con la ayuda de los personajes animados de Disney. Una idea base que en primera impresión parece algo muy extraño, pero que inevitablemente lleva a sobrecogerse ante una exploración audiovisual que hace uso particular de la animación y las propias observaciones de Owen Suskind, para acercarnos al autismo.

Life Animated en esa línea no solo estremece al contar la historia de un niño incapaz de comunicarse durante años, y que se encerró aún más a raíz del bullying, sino que también busca dar esperanza para demostrar que no todo está perdido. Es un trabajo realizado con una gran factura técnica, que logra emocionar al presentar cómo la familia de Owen se confrontan al hecho de que el hijo menor nunca podrá ser lo que querían que fuera. Pero ese dolor da pie rápidamente a valorarlo por lo que es, a asumir que «la misión de rescate» del autismo que intentan concretar nunca será del todo exitosa y que la determinación dada por su amor es lo único que los puede guiar.

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En este caso particular, Owen ve el mundo en una gama de emociones que cobran sentido solo al ver a personajes como Simba, el Jorobado de Notre Dame y Aladdin, De ahí que Life Animated toma como punto de partida la explicación de cómo esos productos animados de la compañía Disney sirvieron a su entorno familiar para afrontar los problemas de comunicación de un niño encerrado en si mismo, para luego avanzar profundizando en su historia de vida, en la forma en que se relaciona con su entorno y con una sociedad que le parece algo totalmente ajeno. Especialmente en la forma de relacionarse con otros, de cómo tener amigos, cómo tener una novia.

Presentándonos cómo los grises de la vida humana no tienen sentido para Owen, ya que es incapaz de entender el mundo como el resto, Life Animated intenta explicar su vida, nos muestra antecedentes a partir de viejas grabaciones familiares y cómo se desenvuelve su cercanía a esas películas animadas.

En esa línea, el problema radica en que Owen solo puede relacionarse a partir del mundo animado que ve en la pantalla de una televisión, cortesía de que las películas de Disney no tienen puntos medios en su discurso. No lo tienen ni en la forma en que actúan sus personajes, ni en la exagerada forma en que sus diseños sirven para transmitir emociones, ni en los mensajes que estos entregan. Owen entiende la alegría a través de la sonrisa de Pumba y el temor en los ojos de los niños perdidos.

Pero de forma valiosa, los problemas de ver el mundo bajo ese lupa  no son dejados de lado en este documental, que celebra el poder de las películas, pero también sus limitaciones a la hora de entender el mundo. Claro, Owen memoriza los diálogos de Disney para expresarse, lo que es presentado obviamente como un gran avance, pero no se olvidan de dejar en claro que la vida no es una película animada y que las sutilezas son algo completamente ajeno para Owen. La Disneyficación de su mirada de mundo trae consigo sus propios problemas y eso hace que este documental no sea un mero trabajo para hacernos sentir bien.

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Aún así, los buenos documentales logran conectar cuando su premisa es clara. En ese sentido, Life, Animated no solo describe los alcances de la historia de vida de Owen, sino que también profundiza en un hecho clave: siempre hay esperanza y esta historia, inclusive con sus días negros, es muestra de ello.

Más allá de las dificultades, y lo extraño que resulta ver que la comunicación familiar se haga a través de personajes como Lumiere o Iago, la gran gracia de Life Animated radica en cómo esa experiencia de vida permite que, una vez que Owen ya es adulto, pueda tener algún tipo de conexión con el resto de la sociedad. Eso es lo más importante, más allá de que el relato avance en búsqueda de la independencia que su familia busca entregarle, gracias a la situación acomodada en la que viven.

Pero a la larga, lo importante en Life Animated radica en el mensaje de perserverancia, pero también una demostración de cómo el melodrama de la Disneyficación de una vida no se puede replicar. Aún así, y mientras el documental utiliza clips de los clásicos animados para confrontar los problemas diarios, minuto a minuto queda claro que el hecho de poder comunicarse, sea como sea, para Owen es la gran victoria que hace que valga la pena darle una oportunidad a este documental.

4 pensamientos

  1. Estaba consciente de este docu pero nunca me di el trabajo de cachar de que se trataba y tu review me hizo pegarme un paipazo y pensar de porque chucha aun no la he visto.

    Gracias.

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