La idea de concretar una secuela de Blade Runner me genera reparos. Aunque el equipo realizador, encabezado por Denis Villeneuve, me genera confianza, ciertamente la idea de extender la vida de Deckard, el personaje interpretado por Harrison, apunta a algo que lamentablemente sigue la línea del discurso que ha buscado concretar Ridley Scott.

Y es que ténganlo claro, con las sucesivas ediciones que sufrió la película, el director y productor ha querido dejar en claro que Deckard en realidad sí era un replicante, pese a que la gracia de la película original para mi radicaba en la ambigüedad.

Pero aunque por ahora no hay más detalles, y se sabe que Ryan Gosling protagonizará una historia en la que Deckard no será el único puntal, en Warner Bros. dejaron en claro su título: Blade Runner 2049.

Aunque esto sigue la línea de otras películas que agregan un año al título, y el caso más emblemático probablemente es Death Race 2000, no sé qué tanto engancha esa decisión en términos de marketing. Claro, también hay que tener en claro que quizás no querían dejar algo más simple como Blade Runner 2.

Obvio, tengo claro que no es bueno tener prejuicios, y el equipo realizador involucrado en esta secuela es lo suficientemente potente como para esperar de que hagan algo más que un mero producto para explotar a una marca, que es lo que caracteriza actualmente a Hollywood.

Pero, y sigo remárcandolo, la idea de responder directamente si Deckard es o no un replicante, no me convencerá hasta ver el resultado final.

Porque estamos claros que Scott buscará zanjar el tema de una vez por todas.

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