A nadie le debería sorprender que Kubo and the Two Strings, la nueva propuesta de animación stop-motion realizada por el estudio Laika, tiene una calidad técnica soberbia, tal como pasó previamente con Coraline, ParaNorman y The Boxtrolls. Pero al mismo tiempo, siempre está la duda sobre qué tan bien resulta la historia en este tipo de películas.
En el caso de Kubo, sin duda se trata de la película más emotiva de las realizadas por el estudio a la fecha, centrándose en la historia de un niño que debe enfrentar una dura travesía que involucra a su propia familia como principal enemigo.
También es una historia que aborda cómo los buenos recuerdos no pueden ser enterrados ni siquiera cuando alguien intenta meter el amor bajo la alfombra. Estos son tan poderosos, que inclusive son capaces de confrontar la desidia, la muerte, el sentimiento de pérdida que hace ver todo en blanco y negro.
Kubo, el niño al centro de esta historia plagada de elementos de la cultura japonesa, desconoce su legado mágico debido a que su madre, que lo salvó de los planes de su propio abuelo que le arrebató un ojo, ha perdido la noción y en su memoria solo existe una verdad a medias.
No solo eso, las jornadas del pequeño Kubo están marcadas por sus relatos de cuentos sin final, que transmite a la audiencia de un pueblo, mientras vive día a día con una gran advertencia que lo lleva a regresar a su cueva antes del anochecer.
Pero un día, ante la falta de respuestas sobre lo que pasó realmente con su padre, quien dio su vida para salvarlo de su abuelo, la luz de la luna provoca que las tías de Kubo detecten su presencia y pongan todo en riesgo.
A partir de ahí, el niño debe emprender una travesía que lo lleva a interactuar con una mona protectora y un hombre-escarabajo sin memoria, para dar con lo único que lo puede salvar: tres implementos poderosos de la armadura del gran samurai que fue su padre.
Con esa historia base, esta película dirigida por Travis Knight, CEO de Laika y quien debuta en el cargo con este proyecto animado, cuenta con una propuesta que no tiene grandes giros narrativos, ya que es fácil anticipar algunas de sus sorpresas clave, pero todo está tan bien armado, todo hace tanto sentido, que da un poco lo mismo que a la larga se puedan predecir sus sorpresas.
No es fácil hablar así como así del trasfondo de Kubo, ya que por su estilo de relato es una historia que no conecta a todos de la misma forma. Aunque por un lado esta película es sobre padres que padecen alzheimer, o familias que no tienen nada en común salvo la relación que los unió, por otro lado también es una historia sobre un amor que no puede comunicarse, diluido en la bruma de lo que no quiere recordarse.
También es sobre una aprehensión mal entendida de parte de aquel que no quiere sufrir con lo mundanamente poderoso, con lo que en definitiva nos hace ser lo que somos. Tal como lo dice la canción de The Beatles en sus créditos, en donde no se sabe como nadie dijo cómo desplegar el amor. Cuando se mira y se ve el amor que esta durmiendo, mientras mi guitarra llora dulcemente.
Pero aunque esta propuesta de animación stop-motion trata temas que rara vez son abordados en películas que por temas económicos son apuntados como productos para la familia, Kubo and the Two Strings también tiene la capacidad de expresar una creencia tan fuerte como el hecho de que los buenos recuerdos pueden hacernos salir adelante más allá de cualquier mala experiencia que ponga sombras en el aquí y en el ahora.
Kubo and the Two Strings es una experiencia visual como pocas veces se ha visto este año, en donde los origami cobran vida y el trabajo de animación stop-motion recrea criaturas de asombrosos diseños, desde un impresionante esqueleto gigante a monstruos submarinos con forma de ojos, pero al mismo tiempo logra ser más poderosa de lo que podría haber sido por su subtexto. Una historia sobre historias dentro de historias, en una conexión directa y sincera como pocas veces se ven en la animación de enfoque masivo.
Es muy buena y emotiva, la estructura narrativa está muy bien encaminada y la acción tiene lo justo y necesario para ser un storytelling tipo fábula. Laika es tremenda productora sobre todo que sus mismos CEOs han dicho que no son fans de hacer continuaciones (2da y 3eras partes) y prefieren hacer historias únicas. Bien por esa filosofía y así diferenciarse de Pixar o Dreamworks. «Kubo» debería estar dentro de lo mejorcito del año hasta ahora junto con un puñado de otras pelis en un año muy flojo y decepcionante en toda materia cinematográfica. Que ganas de tener los personajes de Origami como toys de colección.
Un deleite esta peli, la ame de principio a fin. Si Laika sigue dando productos de este calibre es unos años mas podrian convertirse en el nuevo Ghibli por la forma exquisita de su animación y como abordan su historia ( las influencias de Miyazaki y Kurosawa son marcadisimas). Para mi esta dentro de mi top 3 de lo mejor del año.
Si tienen la oportunidad de verla en 3d haganlo.
Alguien sabe si en estas fechas 7/10 queda en cartelera en algún cine?? lo buscado y parece que nop :(