POR MAYOR TERROR
Cuando se ningunea a expresiones como el cómic o la ilustración, usualmente se lo hace sobre la base de enfrentarla a las grandes y tradicionales corrientes del arte, atacando su falta de rigor y apego al canon de excelencia clásico. Sin embargo, en esta lucha existen talentos que ganan batallas con la fuerza y genio de su plumilla. Cuando uno de estos generales nos deja, nos sentimos un poco más huérfanos, más débiles. Hoy nos toca encender una antorcha para iluminar el camino del guerrero que nos deja. Nuestro mandoble más aterrador, cuyo alcance hacía temblar hasta las retaguardias, ya no se alzará más. Ha partido Frank Frazetta.
No es fácil reseñar la figura de Frazetta. Sí, es el ilustrador de fantasía guerrera por excelencia. El hombre que le dio el inolvidable perfil al vengador cimmeriano, Conan, a través de las imperecederas pinturas con las que ilustró decenas de portadas del personaje de Robert E. Howard. Él fue el padre del estilo heroico de guerreros de superlativa perfección física y mujeres de voluptuosidad imposible que despertaban los instintos más primarios de cualquier adolescente. Frank Frazetta era todo eso y más. Ante todo, era un renacentista.
Frazetta se inició como un ilustrador de talento, formado en escuelas clásicas de bellas artes y con tutorías en Europa. Nacido en Brooklyn, New York, el 9 de febrero de 1928, siempre fue un talento excepcional según sus maestros. Rechazó comisiones para Disney y siempre se sintió más cómodo en los campos de la ciencia ficción y la fantasía. Sus primeros trabajos estaban ligados al mundo de las daily strips y los pulps, al alero de la naciente industria norteamericana del cómic. Trabajando con el clásico Al Capp en su famosa tira Lil’ Abner, Frazetta dio sus primeros pasos hasta decantar en un primer hito significativo en su carrera: sus portadas para la serie Buck Rogers.
Delineando el perfil del clásico aventurero futurista, es difícil reconocer al Frazetta lleno de testosterona que alcanzaría reconocimiento mundial. Sin embargo, el talento en búsqueda de su sello único dejaba ver aquí una serie de elementos que serían pilares de su trabajo posterior y, al mismo tiempo, influencia significativa en sus seguidores, como Berni Wrightson, Boris Vallejo, Frank Cho y muchísimos más: la postura extrema, la perfección anatómica del molde más clásico, el manejo de luz & sombras y el trabajo detallista en terminaciones.
Otro hito en la carrera de Frazetta está ligado también a un personaje ligero de ropas, al que también convirtió en un ícono de la perfección humana más allá de cualquier cuestionamiento homoerótico. Las portadas de los recopilatorios de Tarzán por Frazetta están entre lo más selecto que alguna vez haya sido publicado en este género.
Una galería de Tarzan por Frazetta por aquí
A lo anterior hay que sumar innumerables portadas para Creepy, Vampirella, Eerie y varias publicaciones más, las cuales fueron imitadas hasta el cansancio en Europa y prácticamente se convirtieron en marca registrada del género: diosas semidesnudas de curvas generosas acompañadas de bestias horrendas salidas de un infierno que sólo Frazetta pudo conocer.
Sin embargo, el trabajo del buen Frank no estuvo limitado a la fantasía heroica. Su talento para la caracterización y dominio de las formas en volumen le permitió producir ilustraciones caricaturescas de alto realismo, un talento ideal para proliferar en afiches cinematográficos en una época en que la publicidad se impulsaba desde el trazo iluminado de un buen artista.
What’s New Pussycat, The Fearless Vampire Killers de Polanski, Mad Monster Party y, especialmente, Fire And Ice, fueron producciones de Hollywood que se nutrieron del talento del Frazetta. Esta última, una obra del prócer de la animación Ralph Bakshi, fue en gran medida un trabajo a cuatro manos con la fértil imaginación de los diseños del newyorkino. Escrita por otras dos glorias del cómic, Roy Thomas y Gerry Conway, este film de 1983 fue un fracaso de taquilla, pero es una muestra excelsa del talento de Frazetta y Bakshi a la hora de experimentar imaginería visual en animación sobre secuencias filmadas en live action.
A estas alturas resulta una curiosidad, pero es válido mencionar que Quentin Tarantino, en su afán de sacar a la luz todo el talento underground del universo, contrató a Frazetta para que diseñase un afiche para ese vampire-mexican-pastiche conocido como From Dusk Till Dawn. Obviamente, el maestro supo centrarse en lo importante: la sin par Santánico Pandemonium. Una pena que no viese la luz masivamente. Pero al menos en SDM hicimos la pega y lo traemos de vuelta:
La vida y obra de Frazetta no estuvo exenta de pugnas inoficiosas. Un trabajo destacado y de alto impacto como el suyo no tardó mucho en ser, digamos, “reutilizado” de distintas maneras. En 1973 Frazetta pintó “Deathdealer”: una escena que mostraba la postura siniestra de un jinete con armadura amenazando quedamente con el filo de su hacha. La icónica representación fue adquirida por Glenn Danzig, quien a través de su editorial Verotik publicó una serie de cómic escrita por él mismo y dibujada por Simon Bisley, Liam Sharp y Arthur Suydam.
Asimismo hubo una serie de variantes de la misma escena en portadas de discos, una serie de novelas y hasta figuras de acción. Nada de esto fue idea de Frazetta, quien estuvo así inmiscuido en una serie de polémicas judiciales que expandieron la discusión sobre derechos de autor y de reproducción, algunas con final feliz y otras no, pero que lo impulsaron a crear su propia empresa para administrar su legado.
Una maravillosa forma de acercarse al legado de Frazetta es a través del documental Frazetta: Painting with Fire, un verdadero must-see no sólo para ilustradores, sino también para amantes del metal, de la fantasía y de la belleza femenina en general. Acá les dejamos el trailer:
[=http://www.youtube.com/watch?v=5mm65Opc74Y]
Lamentablemente, los últimos años de este titán de la ilustración se vieron empañados por escándalos familiares especialmente dolorosos, que no vale la pena traer a colación. A los 82 años, un derrame cerebral apagó para siempre su visión ultraterrena del mundo y se convirtió en su viaje de salida. Esperemos que al igual que el guerrero cimmerio a quien dio temple y apostura, haya arribado a costas vírgenes donde pueda cimentar nuevas aventuras.
Aunque ciertamente, esa historia deberá ser contada en otra ocasión.
MALinks: