Sé que mucha gente se emociona con las Piratas del Caribe 1, 2 y 3, creyendo que son las mejores películas de la existencia y el peor error de la Academia durante la década pasada fue no darle el Oscar al mejor actor a Johnny Depp por interpretar al dudosamente sobrio Jack Sparrow. Lo que es yo, puedo disfrutar de la primera película… pero claramente estoy en el equipo de los que sienten retorcijones de la muerte al recordar las vomitivas, parafernálicas y desalmadas secuelas. Ya, probablemente no sea para tanto. Pero sí son un ejemplo del cómo los efectos visuales se pueden devorar el alma de una franquicia si se transforman en ley y timón principal. Como la franquicia hace más millones que lo que todo el sindicato del parche en el ojo cunetero, la cuarta película está en planes desde que se fue estrenada la tercera patita.

Ahora informan en THR (vía /Film) que el actor Ian McShane, que reconocerán de la serie Deadwood, está en conversaciones para interpretar al villano principal de la cuarta entrega, Piratas del Caribe: En Costas Extrañas, el malandra Barba Negra. Confirmado que ni Keira Knightley ni Orlando Bloom regresarán, quizás habría llegado a pensar que el proyecto podría retomar el rumbo. Pero bajo la dirección de Rob Marshall y la incorporación de Penelope Cruz, no tengo mucho interés en una historia que llevará a cojos y tuertos en búsqueda de la fuente de la juventud, bajo una estética a lo Julio Verne de grandes maquinas voladoras, un hombre que quiere reinar más que sólo los siete mares y una carrera para encontrar un mundo perdido mientras Jack y su tripulación van donde ningún otro pirata ha ido. Andá…