Review: Meteoro

Toda la campaña previa de Meteoro (Speed Racer) apuntaba a un prejuicio: estaríamos frente a una experiencia Pokémon: las luces comenzarían a flashear en la pantalla, provocando una serie de ataques epilépticos colectivos, cortesía de las ráfagas visuales que se preveían en esta película.

Pero el resultado final no es tan así, ya que los Wachowski (The Matrix) aquí presentan una película con una cuidada estética, mucho más propensa a causar infartos debido a la experiencia catódica que propone. De hecho, para bien y para mal, es imposible no sentir algo con esta propuesta.

Tal como se preveía, el apartado visual es lo que más destaca en Speed Racer, generando más de una arritmia al intentar seguir todos los detalles que retumban los sentidos. De hecho,  su intención no es otra más que plasmar un anime con personas de carne y hueso. Cada secuencia de carrera es tan apabullante, que dan ganas de convertirse en un Schumacher o un Senna.

A grandes rasgos, la historia nos cuenta la historia de Meteoro (Emile Hirsch), un tipo que lleva la velocidad en las venas y que siempre ha soñado con ser un maestro del volante. Cuando se entera que una mega-corporación arregla los resultados de las competencias, a Meteoro no lo queda otra más que utilizar sus habilidades arriba del glorioso Mach 5 para salvar el honor familiar y, de paso, lograr la victoria más importante: El Grand Prix.

Lo más destacable de Meteoro es que los realizadores captaron la esencia del anime para desarrollar un hiperquinético despliegue que no esconden que en el fondo es una película para toda la familia, como esas que disfrutábamos en las tardes de cine. De hecho, menos no se puede esperar cuando un chimpancé es uno de los personajes de la película.

Quizás lo más relevante es que en Speed Racer todo está diseñado para que los más grandes vuelvan a sentirse un poco niños y, de paso, los más chicos queden embobados con las luces que atacan sus pupilas.

Meteoro es una verdadera adaptación. No aplica un simple copy&paste. La propuesta de los Wachowski transmite la esencia de enfrentarse ante un dibujo animado, matizando con secuencias realmente innovadoras en las carreras. Además, los personajes son caricaturizados al extremo. Por un lado sale una japonesa con los labios inflados con un bombín y los tipos manejan con trajes imposibles, incluyendo aquellos que salen vestidos de vikingos.

Quizás por todo lo anterior el casting se siente preciso para los requerimientos, pues los actores principales pueden llegar a ser sobrepasados por el carisma del chimpancé Chim Chim o el irritante hermano menor Chispita, aunque la verdadera estrella es el Mach 5.

Quizás el problema mayor de la película es su duración. Varias escenas podrían haber sido descartadas, ahorrándonos, mínimo, 10 minutos de tedio en las subtramas corporativas. Además, algunas secuencias hacen sentir que todo se detiene más de lo necesario a la hora de hablar de la importancia de la familia.

A pesar de que se la película se siente más larga de lo que debería ser, Meteoro es demasiado asombrosa en el apartado visual como para crucificarla y la experiencia de verla la pantalla grande vale tanto la pena, que no importa si arriesgas un ataque epiléptico. En serio.