Los ‘Garbage Pail Kids’, conocidos por este lado del mundo como Basuritas y en otras tierras como La Pandilla Basura, de inmediato llevan a recordar ese clásico, mítico y legendario álbum publicado aquí en Chile por la fenecida Salo y que no eran más que el mayor trofeo en las extintas competencias de dar vuelta láminas en los recreos. Uno que presentaba infantes deformes, secreciones de todos los poros, conceptos absurdos y nombres chilenizados para las criaturas, transformándose en toda una sensación cuando ya había ganado el slogan que decía que la alegría ya venía.

El mismo coleccionable protagonizado por personajes como Penelope Luda, que fue catalogado como un atentado a los valores y principios, prohibido en los colegios más retrógrados, censurado por los padres más cartuchos y que gestó verdaderas cacerías de brujas e inspecciones dignas de la Gestapo tanto en las salas de clases, como en los patios particulares, subvencionados y, en menor medida, municipales.

Una colección que en Estados Unidos salió de la mente de Art Spiegelman (Maus) y Mark Newgarden, dibujada en primera instancia por John Pound, para acompañar una marca de chicles y que se transformó en una apuesta tan popular, que  gestó una película realmente basura en 1987 y una serie de animación. Con todo eso en cuenta, obviamente en Hollywood ahora quieren hacer uso de su marca y explotar uno de los valores transables más importantes hoy por hoy: la nostalgia. La misma que en un par de líneas recién provoca que vaya al grano: Michael Eisner, a través de The Tornante Company, producirá y financiará el desarrollo de un proyecto que en Deadline afirman será dirigido por debutante, un tal «PES«, a partir de un guión de Michael Vukadinovich.

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