Review | Summer Wars

Hay películas japonesas que en el campo de la animación son una verdadera obra de arte, por lo que hasta cierto punto le podemos perdonar que su historia complicada quede en segundo plano. Pero también existen propuestas en donde cada cosa es detallada, sin olvidarse que el modo de contar el cuento es lo que más importa. Todo lo que toca Hayao Miyasaki representa  el mejor ejemplo de esto último, con esas películas que a través del ingenio de su trama logran maravillarnos. Pero lamentablemente este tipo de películas no son difundidas en occidente como quisiéramos, por lo que tenemos que recurrir a otras formas de acceso mientras nos llenan la cartelera de propuestas animadas olvidables.

En ese escenario llega Summer Wars (Guerras de Verano), apuesta dirigida por Mamoru Hosoda que incursionó a cargo de algunas entregas de Digimon. Claro que si creen que esto sigue un tono en la onda de los monstruos digitales, están equivocados. Hosoda antes también realizó la premiada Toki o Kakeru Shōjo y ahora viene a presentar una película excepcional que se aleja de todo lo que estamos acostumbrados en este sitio, al presentarnos una historia romántica con una plataforma de videojuegos de fondo. En ese entorno donde lo digital le ganan a las emociones, Summer Wars nos recuerda la importancia de la familia aún en los momentos más difíciles. Y todos estos factores cuajan de forma completa en una película pura y genialmente awesome.

Con Summers Wars nos presentan un futuro cercano, en el que  la humanidad vive conectada a través de una comunidad virtual llamada Oz. La gracia del asunto es que todo lo que hagas ahí, repercutirá en la vida real.  Con eso en cuenta, probablemente a la primera uno piense a la primera que esto es otra película tipo Hack Sign. De hecho la introducción de su historia es casi lo mismo. Y es que digo casi porque existe un detalle importante que las diferencia. Un casi que de contárselos, les arruinaría la sorpresa.

El protagonista de Summer Wars es Kenji Koiso, un estudiante que es todo un geeky de las matemáticas y que trabaja modo part-time como moderador de OZ en una destartalada oficina de su colegio. Además establece una relación muy especial con Natsuki Shinohara, una de sus compañeras.  Ahora si piensan que esta película es un shojo cualquiera (categoría destinado a lo romantico en la tierra del sol naciente) están equivocados. De hecho, creo que esta película representa un romance que todo ñoño quisiera tener.

Los primeros 10 minutos de Summer Wars nos muestran una secuencia que nos introduce al mundo de Oz, donde vemos cómo nuestro protagonista trabaja en el sistema y el modo en que se conoce con Natsuki. A partir de ahí nos muestran el viaje que hacen los dos para ir al cumpleaños de la abuela de ella en la provincia de Uedo, lugar donde se desarrolla gran parte de la historia y es también donde Kenji queda metido en un enredo muy grande apenas conoce a la matriarca de la familia. Y es que aunque él en primera instancia fue elegido para ir al viaje tras jugar el clásico piedras, papel, tijeras con un amigo, a la larga tiene que hacerse pasar por el prometido a pedido de ella y, por más que se resiste, termina aceptando a la mala.

Así tenemos en la mezcla familiares locos, una casa tradicional japonesa que es enorme y líos amorosos. Lo suficiente para tener a nuestro protagonista con los pelos de punta a cada rato. Si agregamos que Kenji tras resolver un mensaje de texto de un extraño deja la zorra misma en Oz (en verdad, tienen que ver esas secuencias), los problemas se multiplican. La gracia es que después el pobre debe resolverlo, obviamente con la ayuda de un particular personaje de la familia que recién conoció. Ahora les confieso que durante los primeros minutos tenía grandes prejuicios debido al cómo se desarrolla todo al principio. Pero después uno se sorprende tanto con su historia y el modo en que está desarrollada, que no pude hacer nada más que quedar con la boca abierta.

Summers Wars es perfecta a su manera, aunque el tema de «chico se hace pasar por el novio de la chica» lo hemos visto hasta el cansancio. Pero aquí nos desarrollan el tema de forma lenta, para centrar el foco de atención en toda la familia y los problemas de la influencia de la tecnología. Por eso aunque Kenji es el protagonista, es importante destacar que el resto de los personajes también son relevantes. De hecho todo el mundo de Oz es importante.

Aunque la animación – digna de Miyazaki – se lleva los aplausos, también es cierto que todo está perfectamente desarrollado a través de los personajes y a uno lo tienen pendiente de principio a fin. Por eso les aseguro que me pongo de pie, les juro que me pongo de pie, ante esta maravilla. Summer Wars nos recuerda que no necesitamos de películas en 3D que nos muestren que la tecnología de punta es la mejor arma visual para maravillarnos y dejarnos gritando OMG todo el rato. «La simpleza» de una película animada puede llegar a emocionarnos, a hacer que estemos pegados al asiento, gritar, reír y encariñarnos con los personajes. Y eso sucede de principio a fin con esta película. Cuando llegas a los créditos finales de Summer Wars, estás completamente seguro que has sido testigo de una excelente obra maestra.

Y recuerden: Koi Koi!

5 Epic Win/ 4.5 Win / 4 Buena / 3.5 A la segura / 3. Aceptable
2.5 Regular / 2 En Riesgo / 1.5 Mala / 1 Fail / 0.5 Epic Fail