El Día de la Independencia es cine basura, pero es una apuesta que está bien hecha en su homenaje claro a las películas de ciencia ficción de la década de 1950.

Sí, es parafernalia con personajes y diálogos débiles, puede llegar a ser hasta sin sentido (¡Un presidente comandando el ataque contra los aliens!), pero cumple su objetivo perfectamente sin ser cínica o pretenciosa. No pretende ser nada más que un espectáculo de destrucción y heroismo. Algo que suena fácil, pero que mucho del cine contemporáneo no consigue.

Por eso mismo temo por lo que pueda salir de Día de la Independencia 2, no solo porque la secuela no tiene mucho sustento sin la mayor estrella de la película original (obviamente me refiero a Will Smith), o porque la historia tampoco de para estirar mucho el chicle, sino más que nada porque Roland Emmerich no ha hecho nada rescatable en las últimas décadas. Es decir, recuerdo 2012 o 10.000 AC y me dan escalofríos.

Pero en lo que concierne a esta segunda parte, uno de los elementos que podría dar más material, es cómo la película presentará el avance tecnológico logrado desde la invasión alienígena en 1996. El uso de la chatarra de los aliens llevará a la humanidad a dar grandes saltos, incluyendo la creación de una base lunar.

Esa imagen da cuenta cómo en 2009, se inaugura dicha base con la presencia de David Levinson, el personaje de Jeff Goldblum que ayudó a destruir a los invasores, contagiando a la base madre con un virus de computadora.

Una vez que inicie la película, tal como se vio en el primer tráiler, la base de la luna estará completamente operativa en 2016.

vía /Film

6 pensamientos

  1. De ser un filme innecesario eso es verdad, pero al paso que veo y si convence la historia (eso lo determinará el tiempo) podrá cambiar esa concepción… Sin embargo, así como va, podría parecer esa sinopsis como si retratasen un arco de Robotech o el Universo Macross tras la guerra con los Zentraedi a la que compararía la sinopsis con la sinopsis de Macross.

  2. a estas alturas no queda mas que gastar y volver al cine como hace 20 años, jajaj coño que viejo estoy…

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