
El escenario es bastante conocido en el campo de la animación digital mainstream. Uno sabe cómo está enfocado el estudio de la lamparita y qué elementos nos presentan desde la vereda del frente, con los vendaval de gags de la factoría de Dreamworks Animation. Pero cada cierto tiempo, en el estudio del niño pescando sobre las nubes existe una película que rompe la norma. Sucedió con la entretenida Kung Fu Panda y ahora lo vuelven a hacer superándose con la épica Cómo Entrenar a tu Dragón (How to Train Your Dragon). Y reconozco que previo a la función, mi interés estaba delimitado por el clásico prejuicio del escenario con chistes cada tres segundos o animalitos parlantes chacoteros. Pero la sorpresa es grata al constatar que nada de eso sucede.
Gran parte del éxito radica en que cada uno de sus elementos juega un rol determinante en la mezcla final. Nada sobra, nada está puesto al azar. Incluso las secuencias de tono humorístico están presentadas sin caer en lo burdo del chiste fácil o mero rellenor. Más aún, y aplaudan la maravilla, el ritmo crece hasta alcanzar un clímax épico en una sorpresa que pilla desprevenido, te agarra desde su atractiva presentación inicial y no te suelta hasta que te crezca el pelo, la barba y te sientas un vikingo.

Dirigida por los responsables de la última gran película de animación tradicional de la Disney, Lilo & Stich, en Cómo Entrenar a Tu Dragón nos enfrentamos a un relato bastante simple situado en una isla apartada en donde la destreza, fuerza y habilidades de batalla son necesarias para sobrevivir. Ahí conocemos a Hipo, el clásico cliché del joven torpe que no tiene ni el poder ni las habilidades vikingas que se necesitan para sobrevivir frente el constante asedio de los dragones mala onda que atacan su aldea. Más importante, su padre es el gran líder que tiene testosterona hasta en las cutículas. Y con tan sólo el poder de su pulgar ejerce una sombra social sobre su hijo.
En ese escenario, la dinámica entre padre e hijo estructura una historia que va más allá del mero desfile de dragones. Su propuesta refleja el choque entre los ideales de un mundo antiguo, que gira en torno a este mal alado de la naturaleza, frente a la revolución de las nuevas generaciones que abren los ojos y ven más allá de las cuatro paredes que delimitan el mundo. Otro eje aún más importante es el tema de las expectativas paternas que buscan moldear la identidad de los hijos o las dañinas palabras que dicen que no es suficiente con lo que ya eres y tampoco estás a la altura de las circunstancias que la sociedad te impone.

Cómo entrenar a tu Dragón es más que un simple panorama de 98 minutos, pese a que su historia es simple y directa. Con dos cucharadas y a la papa sabemos que Hipo es un desadaptado, un desastre con patas, que tiene el afán de crear artilugios para capturar a los peligrosos dragones. Aunque sólo atina a crear el caos y destrucción. Pero en el mitológico ambiente que lo rodea, el «peor vikingo» logra crear un lazo con la criatura más feroz: El letal dragón denominado La Furia Nocturna. A partir de esa relación, Hipo no sólo conoce más de si mismo. También se da cuenta que las extrañas criaturas son mucho más que lo que imponen las cerradas creencias de su mundillo. Una lindura.
Esa travesía está forjada a través de un entretenido viaje, que desde el primer minuto crece en acción. Incluso las pausas permiten que la historia avance, sin que el ritmo pierda atención. El 3-D también está utilizado de un modo que no es la clásica distracción que esconde falencias de argumento y están presentes sólo para que la audiencia abra la boca de impresión frente a las cositas locas que salen de la pantalla. Aquí existe consciencia del espacio, nos atrapan en el maestro vuelo de la furia nocturna sobre los acantilados.

Con esa estrellita ganada, el mundo de los vikingos está presentado de una forma accesible y familiar. Pero no es menor tampoco que el personaje del padre de Hipo, un guerrero nórdico casi de caricatura, sea una monumento a la testosterona que enfrenta la batalla con la frente en alto, repartiendo puñetazos a los dragones de modo comolohombre. Y cada una de sus secuencias en batalla se disfrutan ad portas del quiebre emocional que representa el no poder comunicarse con su hijo. Bueno, los machos pelo en pecho y hacha en mano no lo hacen. ¿No?
En definitiva, Cómo Entrenar a Tu Dragón es una de las películas más entretenidas de lo que va del año, cortesía de un mundo que cuenta con un atractivo despliegue del arsenal visual. Y para que nadie alegue, el diseño de los personajes también está pensando para alimentar al eye candy. Lo mismo sucede con la secuencia final, quizás la guinda de la torta. Lejos, uno de los momentos más épicos en una película de animación. Pero más allá de esos aplausos, la gran gracia de esta nueva aventura no es solo su bombo visual. La película logra tantear el terreno que hasta el momento parecía dominio exclusivo de la marca Pixar. Cómo Entrenar a tu Dragón es mucho más que la típica fanfarria de renders digitales.





5 Epic Win/ 4.5 Win / 4 Buena / 3.5 A la segura / 3. Aceptable
2.5 Regular / 2 En Riesgo / 1.5 Mala / 1 Fail / 0.5 Epic Fail
* Cómo entrenar a tu Dragón se estrena el próximo jueves 25 de marzo en Chile, como parte del estreno mundial.