
Finalmente se estrenó la película que, dicen, es la principal candidata para obtener el premio mayor de los premios de la Academia. Slumdog Millionaire es la nueva apuesta dirigida por Danny Boyle (Trainspotting, 28 Days Later, Sunshine), quien presenta una estructurada y altamente predecible aventurilla bollywoodense, que utiliza el famoso concurso del ‘¿Quién quiere ser Millonario?‘ para desarrollar una especie de ‘Ciudad de Dios’ light hindú.
Adornada por una puesta en escena que saca partido de atractivos paisajes, la historia logra ser bastante entretenida, con todo y sus recurrentes flashback, pero trastrabillea en su continúa búsqueda de hacer calzar todo en su gran plan marginal/romanticón. Sin la necesidad de un comodín del público, esto es bastante esquemático… aunque no por ello menos atractivo. Pura dicotomía. ¿Respuesta definitiva?

En síntesis, la historia presenta la oportunidad máxima de Jamal, un joven que accede a un gran premio que podría cambiar su vida a través del conocido programa de concursos. ¿El problema?, simplemente su condición hace improbable que conozca las respuestas, ya que todo pobre es simplemente ignorante según sus argumentaciones, y la policía cree que de alguna forma está haciendo trampa. De este modo, él debe probar que cada pregunta tiene relación con su turbulento pasado, para seguir avanzando en el juego rememorando una especie de cuento moderno, de dulce y agraz.
A pesar de que su estructura, evidente en que sus márgenes siguen en torno a cada pregunta del programa, la película logra establecer una puesta en escena que simplemente no aburre. Mientras Slumdog Millionaire atrae con su montaje y fotografía, uno se pregunta hasta donde llega la influencia de la co-directora Loveleen Tandan.

La sólida primera hora de metraje destaca bastante entre tanto paisaje, al adentrarse en la marginalidad, explotación infantil, corrupción y peripecias alrededor de la pobreza máxima. Suciedad de paisaje. Basura de humanidad. Todo ello está acompañado de aspectos técnicos de excelente factura, música incluida, y actuaciones que cumplen con su cometido, a pesar de un desarrollo de personajes livianito, livianito.
A la larga, esa fortaleza técnica posibilita que la experiencia de Slumdog Millionaire sea más satisfactoria de lo que debería ser, o habría sido, en otras manos. La fijación por dejar en claro que esto es destino, balanceando los aspectos más fabulescos con los de realidad más cruda, permite un final simplista y efectista. Quizás esta es una película más predecible de lo habitual, no obstante su gran gracia es transformar una premisa bastante simple en algo atractivo. Es como un cuento de hadas en el que uno sabe que habrá un final feliz, pero el proceso de la historia tiene tanta cosa sucia y callejera, que hacen su viaje mucho mejor de lo esperado.



5 Epic Win/ 4.5 Win / 4 Buena / 3.5 A la Segura
3 Aceptable / 2.5 Regular
2 En Riesgo / 1.5 Mala / 1 Fail / 0.5 Epic Fail